1 Presentación. Su majestad es coja. Era la tercera vez que la Compañía Itinerante La Mandrágora actuaba delante de reyes. Las dos primeras veces fue en la Corte de Castilla. La primera con un baile de la sensual pelirroja en el que osó quitarle la espada al rey consorte. La segunda con una obra de teatro sobre los títulos nobiliarios
SUMAJESTAD ESCOJA ( o es coja) Vivimos en un estado de derecho y se supone que la libertad de expresión que garantiza nuestra ya cuarentona democracia se considera no sólo protegida por el conjunto de las leyes sino, además, por la Constitución.
Laexpresión «entre claveles y rosas su majestad escoja» se origina en la tradición española, aunque su génesis exacto es motivo de debate. Lo que es innegable
Cuentala tradición que andábase un día Francisco de Quevedo con cierto amigo con quien apostó a que sería capaz de llamar “coja” a Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, y así se presentó en palacio con dos flores, ofreciéndoselas a la reina pero pidiéndole que eligiera entre ellas: “entre el clavel y la rosa su majestad es coja”.
ENTREUN CLAVEL Y UNA ROSA, SU MAJESTAD ESCOJA. A veces la pérdida de la dignidad no se debe a un error puntual, a un hecho circunstancial o a un
finalmente las más de las veces, se impone la cordura y la sana crítica de la Sala. Porque, recordando a Quevedo, hay que saber decir algún calambur delante del tribunal: “Entre un clavel y una rosa, su majestad escoja”. Sin insultar, ni ofender.
"Dadme un pie Majestad". Felipe IV, que tampoco era demasiado avezado, en lugar de proponerle un tema quiso graciosear al genio y extendiendo la pierna, le ofreció su pie calzado.
Probablementeel más famoso de estos ejemplos es el dado por Quevedo, puesto que así llamó coja a la reina de Australia sin que la misma se diera cuenta, pues le dijo: entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja, y lo que realmente quería decir era entre el clavel blanco y la rosa roja, la reina es coja.; Yo lo coloco y ella lo quita / Yo loco,
Yome acordé de Quevedo, que se apostó con su amigos a que era capaz de insultar a la reina, diciéndoselo totalmente a la cara. Quevedo se acercó con dos ramos de flores, uno en cada mano, se acercó a la reina Mariana de Austria y le recitó el siguiente verso: "Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
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entre un clavel y una rosa su majestad escoja